En el principio, ya Adán dio utilidad a las parras, mejor dicho, a las hojas de las parras; después los romanos dieron utilidad a las uvas; más tarde en el SXVII el monje benedictino Pierre Perignon descubrió ¿por casualidad? cómo producir el champán y ya en nuestros días, los australianos se han convertido en los mejores productores de vino del mundo (ya sabéis que los de Bilbao nacemos donde queremos!). Esta es la historia (más bien breve…) de la viticultura.
Esto no es más que una mínima parte de lo que ayer aprendimos los padres que asistimos a la II Cata para padres de Gaztelueta con la Bodega “Luis Alegre”. Con la puntualidad que requieren las obligaciones, y no hay dudad de que ésta era una de ellas, comenzamos hacia las 19:45h este “acto académico” en el cole. Más concretamente en clase de 5ºC (como no podía ser de otra manera). D. Miguel Trigo y D. Mikel Calzada fueron los primeros y por tanto los encargados de la organización y bienvenida a Goyo (enólogo de la bodega) y Juan Carlos (director Comercial), ante la atenta mirada de Elías, todavía atendiendo su negocio al teléfono. Jon Arcaraz e Iñaki Conde cerraron la convocatoria cuando pudieron dejar sus “otras obligaciones” (cosa que José Hurtado no pudo hacer)
Junto con los veteranos del año pasado se veían nuevas caras que probablemente habrán oído los doctos comentarios de los que ya tenían el primer Master en enología y comprendieron que no podían seguir viviendo en la ignorancia. Así, Gabi de Lecea y Tanis ocuparon la primera fila para intentar recuperar el tiempo perdido del año pasado.
Goyo nos fue aleccionando acerca de las variedades de uva y las técnicas de cata, incluso la de Parker (sí, sí, los de los bolis!), para después poner en práctica los conocimientos con 4 blancos, 2 rosados y 4 tintos. Imaginaréis que para cuando llegamos al tinto la razón estaba algo nublada. Aún así, Diego Pagadi se estrenaba este año demostrando interés con sus preguntas.
Este año no hubo regalos para los primeros de la clase para desilusión de Javi Innerarity y Alfonso Arellano que habían venido con los deberes bien hechos. Pero el elevado número de botellas permitió que tras la cata bajásemos a la sala de profesores a comentar lo aprendido mientras ayudábamos a los estómagos a digerir los caldos con unos magníficos embutidos que Alvaro Mateos se ocupó de traer (muchas gracias, por cierto) y realizáramos un sorteo de 10 botellas bajo la batuta de D. Iñaki Cires. Por tanto los que el año pasado no tuvieron premio, este año se llevaron a casa algo para acompañar a las alubias.
Tras cerrar la sala de profesores y dar por finalizada la primera sesión de esta II Cata, un grupo de irreductibles “catadores” seguimos comentando nuestros conocimientos en otra “universidad” a la espera de que llegue la segunda sesión el próximo 14 de abril en la que asentar los conceptos aprendidos.
¡Salud!
RV
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